ANTONIO BERNAL Y TOM LOVELL
Antonio Bernal fue un creador
que concedía suma importancia a la documentación y al modelaje proveniente de
diferentes medios. Como se observa en algunas fotografías que ha legado su
familia, Antonio tenía muy en cuenta diversas disciplinas artísticas, véanse el
cine y la televisión, de los que tomaba no pocas referencias para sus
fascinantes portadas y dibujos.
Ahora bien, sus mayores préstamos
y aprendizajes provenían del mundo de la pintura y la ilustración, donde él desarrolló, como es bien sabido, una enseña propia e intransferible que ocuparía buena
parte del horizonte imaginativo de toda una generación.
Desde esa perspectiva
referencial, creemos que los ilustradores norteamericanos de la primera mitad
del siglo XX significaron un permanente muestrario e inspiración para el
maestro Bernal. Eran ilustradores que dibujaban o pintaban pero que también realizaban
las portadas e interiores de libros y revistas, en una época de expansión
editorial que congregó a verdaderos genios de los lápices y la pintura, desde
los talentudos N. C. Wyeth y Norman Rockwell hasta los fascinantes Robert
Fawcett y Robert McGinnis, por citar sólo algunos de los más grandes.
De aquella esplendorosa caterva de
auténticos maestros, Tom Lovell (1909-1997) fue quizá uno de los autores que
Antonio más frecuentó. Se trata de un magnífico pintor e ilustrador realista
que colaboró con la revista National Geographic y otras publicaciones de
primer nivel. Posiblemente sus excelentes pinturas sobre la vida de los indios
norteamericanos sean sus trabajos más conocidos y valorados, de los que se han
hechos varios reportajes y estudios. Lovell también participó plenamente del
fenómeno pulp, dibujando múltiples portadas para diferentes cabeceras.
Entre sus muchas especialidades se halla igualmente la pintura sobre historia
antigua, de la que compuso imágenes de gran belleza.
Justamente en el campo de la
ambientación histórica, hemos encontrado algunas ilustraciones que sirvieron de
guía para las portadas de Antonio Bernal, en concreto para la colección Jabato Color, donde la paleta de nuestro
dibujante nos dejó algunas de sus mejores composiciones.
Obsérvense las partes que están acotadas en las pinturas de Lowell y compárense con las portadas de Antonio.
Muy buena entrada, se nota que te la has trabajado a conciencia. Antonio era un enamorado de los grandes ilustradores, en especial los norteamericanos. En sus últimos años disfrutaba asimismo de una serie de magníficos pintores chinos afincados en Norteamérica como Z.S. Liang o Mian Situ, cuyas composiciones, en especial las del oeste le dejaban maravillado. Nunca perdía la ilusión por aprender, siempre tenía ideas y nuevos proyectos en la cabeza.
ResponderEliminarAntonio tenía muchas referencias e influencias. La ilustración de los grandes autores norteamericanos era una de las más importantes, pero había otras más.
ResponderEliminarGracias por el comentario.